Esclavo de tu camisa de espuelas
que me enseñaba del odio en la escuela.
Sicario, que me mataba a diario,
la revelión en mi tripa manchá de cristales, metralla,
mojosa, un jardín de rosales, puñales.
Y aun recuerdo que fui tierra
y tú tormenta pa mi lomo
en un estruendo de silencio,
mi condena un mal recuerdo
pa los tiempos que asesinan,
al amor y a nuestro empeño
por lograr lo que queremos,
aunque con sangre lloremos (x4).
Ruinas que se convierten las cortinas,
que encañonaba una pipa en mi sien.
Mentira, que acicalaba mi vida,
mi corazón vomitando
un puñao de costales
cargaos de pesares, mi orgullo a retales.
Mi frustración a mansalva escupiendo cristales, metralla, mojosa,
un jardín de rosales, puñales.
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Y aun recuerdo que fui tierra
y tú tormenta pa mi lomo
en un estruendo de silencio,
mi condena un mal recuerdo
pa los tiempos que asesinan,
al amor y a nuestro empeño
por lograr lo que queremos,
aunque con sangre lloremos (x9).