Mastropiero era un apasionado de la investigación histórica.
Se pasaba largas horas en la biblioteca de la opulenta
Marquesa de Quintanilla, cuyos volúmenes le apasionaban.
Allí supo Mastropiero, precisamente allí (en la biblioteca),
de la existencia de un enigmático personaje del siglo XV:
el Adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras,
hijo de Juana Díaz y Domingo de Carreras.
Al principio de su investigación,
Mastropiero supuso que don Rodrigo pertenecía a la misma familia
Díaz que las célebres cortesanas Angustias y Dolores Díaz;
pero luego, cotejando ciertas fechas,
comprobó que Angustias y Dolores no provenían de esos Díaz.
Mastropiero ya estaba por abandonar la investigación
cuando encontró en la biblioteca de la
Marquesa el viejo manuscrito de un anónimo poema épico,
redactado sobre la base del diario de viaje del
Adelantado don Rodrigo Díaz de Carreras.
Según este poema, don Rodrigo había arribado a
las costas del Río de la Plata en 1491,
o sea, un año antes del descubrimiento oficial de América.
Este hecho por fin explicaba su título de Adelantado.
El poema describía, además,
su heroico periplo hacia el norte del nuevo continente a lo l
argo de muchos años, culminando su gloriosa
gesta en la isla de Puerto Rico.
Impresionado por el hallazgo del poema,
Mastropiero lo usó como texto para una de sus obras más célebres,
la Cantata del Adelantado Don Rodrigo Díaz de Carreras,
de sus hazañas en tierra de Indias,
de los singulares acontecimientos en los que se vio envuelto
y de cómo se desenvolvió.
La obra se inicia con el arribo de d
on Rodrigo a lo que luego
se denominaría el Río de la Plata:
[Relator:]
Culmina Rodrigo dura travesía,
se acerca a la costa su fiel carabela después de seis meses de brava porfía.
Desciende orgulloso y con galanura,
ya clava su espada en la tierra soñada, la tierra del oro y de la aventura.
[Don Rodrigo:]
Llegamos a tierra firme, con nativos pronto dimos.
[Nativos:]
¡Nos descubrieron, por fin nos descubrieron!
[Don Rodrigo:]
Y en convite conocimos sus tolderías.
[Nativos:]
Pasen y vean qué lindas tolderías.
[Don Rodrigo:]
Al conocer sus tesoros despertó mi idea fija, y al final cambiamos oro por baratijas.
[Relator:]
¡Oro por baratijas, qué abuso, qué trueque tan desigual!
Después del canje, don Rodrigo guardó en un enorme
cofre lo que había obtenido: montañas... de baratijas.
[Don Rodrigo:]
¡Tramposos, aprovechadores! ¡Devolved el oro!
[Nativos:]
¡Minga, minga!
[Don Rodrigo:]
Rescatemos nuestro oro, mis valientes, con coraje,
con la espada, con los dientes.
¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!
[Nativos:]
(Gritan.)
[Relator:]
¡Firme ante le enemigo, firme, con valor, firme, don Rodrigo! Y don Rodrigo...
firmó la rendición. Echa a andar Rodrigo tras mejor estrella, leguas y más leguas hacia el rumbo norte.
Le siguen sus huestes en la heroica huella a través de montes, de valles, de sierras...
Mas, destino esquivo, encuentra nativos que al cantar auguran sus sones de guerra.
[Nativos:]
Somos comechingones muy renombrados.
Joyas, collares, mantas, vendemos en el mercado.
Y a los que no nos compran nos los comemos asados.
[Don Rodrigo:]
No conseguiréis asustarme tras tan larga travesía.
He venido a conquistarles y a vender artesanía.
¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!
[Nativos:]
(Gritan.)
[Don Rodrigo:]
Sí me muevo.
[Relator:]
Y huye don Rodrigo otra vez al norte, triste, sin su tropa, huye solitario.
Descarga del hombro su pesado cofre y haciendo un alto anota en su diario:
[Don Rodrigo:]
"Ayer dimos con un grupo de nativos y fuimos atacados con todo éxito.
He debido proseguir solo esta marcha,
ya que los indios decidieron quedarse a comer con los soldados...
digo, a los soldados."
[Relator:]
Y en varias jornadas de marcha muy dura llega a una meseta de increíble altura.
[Don Rodrigo:]
Llegué a tierras altiplanas arrastrando con porfía mi cofre de artesanías,
magra fortuna. Allí encontré indios buenos que al ver mi traza ruinosa
me cantaron una hermosa canción de cuna.
[Indios:]
Duérmase, don Rodrigo, duérmase.
Cierre sus ojitos, no los deje abiertos,
que si no se duerme se va a quedar despierto.
¡Duérmase, duérmase, duerma, don Rodrigo!
¡Duérmase, duérmase, vamos, duérmase, duérmase de una vez!
[Relator:]
Diez horas duró este arrullo puneño.
Rodrigo, agotado por tal cortesía, prosigue su viaje en busca del sueño,
del sueño de gloria...
[Don Rodrigo:]
Disculpe...
[Relator:]
...del sueño de gloria que alienta sus días, descubrir poblados,
conquistar reinados y vender si puede las artesanías.
[Don Rodrigo:]
Con mis fuerzas casi extintas,
a vasto imperio llegué.
Puse pie en tierra de incas,
o sea, hice hincapié.
[Relator:]
Y llega Rodrigo en día de fiesta, de galas, pendones, banderas y cintas,
y una muchedumbre que hasta pavor da, que colma el camino real de los incas,
que los nativos llamaban Avenida de los de Acá.
[Don Rodrigo:]
Y vide pompa y boato como no vi en cortes nuestras,
sacerdotes, oficiantes, nobles, jefes, consejeros...
Y vide tres mil guerreros que de poder daban muestra, esclavos y servidores...
y como diez mil extras.
[Inca:]
Somos los incas.
Somos los incas, un pueblo incansable.
Nuestras riquezas son incalculables.
Abominamos de incautos e incapaces,
pero nuestras canciones son todas incantables.
[Relator:]
La gala imponente del fasto aborigen, recuerda a
Rodrigo su sino glorioso, el noble designio que al viaje dio origen y
encarando al inca anuncia gozoso:
[Don Rodrigo:]
¡Artesanías, vasijas de barro, ponchos, mates, boleadoras,
todo a mitad de precio, debería usted...!
[Relator:]
Rodrigo es prendido por doce nativos.
Mas lucha, se zafa y proclama altivo:
[Don Rodrigo:]
¡Deteneos, ignorantes, atrasados,
desde hoy quedáis todos conquistados!
¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!
[Incas:]
(Gritan.)
[Relator:]
Quinientas leguas al norte, Rodrigo,
un tanto agitado, triste nota que los incas del cofre se han incautado.
El cofre, que fue en la huida olvidado,
descuidado, digamos que fue en verdad tontamente abandonado...
[Don Rodrigo:]
¡Hombre, habráse visto tamaña insolencia, tamaña desvergüenza!
[Relator:]
Rodrigo vehemente injuria a los incas, pues le han privado de sus propiedades.
[Don Rodrigo:]:
No hablo de los incas. Me refiero a algunos
que gozan contando mis intimidades y encima me insultan.
[Relator:]
Pues no, yo no he sido...
[Don Rodrigo:]
Sí, sí, yo le he oído, usted dijo "tonto".
[Relator:]
Dije "tontamente".
[Don Rodrigo:]
Bueno, parecido.
[Relator:]
Parecido no es lo mismo, caballero.
[Don Rodrigo:]:
Es que usted está diciendo falsedades.
[Relator:]
Usted exagera.
[Don Rodrigo:]
Reclamo a mis fueros.
[Relator:]
Me atengo a la historia.
[Don Rodrigo:]
¡Mentiras!
[Relator:]
¡Verdades! ...Y yo no discuto con aventureros.
[Don Rodrigo:]
Y yo no discuto con aficionades.
[Relator:]
Dirá usted "aficionados".
[Don Rodrigo:]
La rima es lo que me inspira. Yo he dicho "aficionades" en lugar de "aficionados",
porque usted dijo "verdades".
[Relator:]
¿Con que yo dije verdades? Luego usted dijo mentiras.
[Don Rodrigo:]
Terco y duro como una pared.
[Relator:]
¿Y eso con qué rima?
[Don Rodrigo:]
Con usted, hombre, con usted.
[?????:]*
¡Haya paz! ¡Haya paz! Don Rodrigo,
Relator, que la calma no se pierda, que si seguís discutiendo os vais a ir a la...
¡Haya paz!
[Relator:]
Quinientas leguas al norte, prosigo, en un bosque encuentra nativos
Rodrigo que bailan y cantan con dulces sonidos.
[Nativos:]
Conozca nuestra cumbia,
es el baile nacional.
Visite usted Colombia,
y su ciudad capital: Bogotá.
[Don Rodrigo:]
Colombia, Colombia, Colom...
¿Es que ya ha pasado por aquí don Cristóbal?
¡Pues nada, de hoy en adelante este país se llamará Rodrigombia!
Decidme, nativos, ¿do están los tesoros, do están las minas de plata y de oro?
[Nativos:]
No tenemos.
[Don Rodrigo:]
¿Tenéis por aquí piedrecillas brillantes,
zafiros, rubíes, topacios, diamantes?
[Nativos:]
No, no, no.
[Don Rodrigo:]
¿Estaño, antimonio,
cobre o manganeso?
[Nativos:]
Nada de eso.
[Don Rodrigo:]
¿Carbón, piedra pómez?
[Nativos:]
Nones.
[Don Rodrigo:]
¿Botellas vacías?
[Nativos:]
No.
[Don Rodrigo:]
¿Ropa usada?
[Nativos:]
No.
[Don Rodrigo:]
¿Pero es que no tenéis nada?
[Nativos:]
Tenemos un buen café, aromático y sabroso,
café de Rodrigombia.
[Relator:]
Al ver don Rodrigo que nada consigue,
con rumbo nordeste su viaje prosigue.
[Don Rodrigo:]
Al llegar cerca del mar, rogué que no se extinguieran mis fuerzas,
que entonces eran por demás flacas.
Me inspiré tomando el nombre de los indios del lugar y en aquel hermoso lar fundé Caracas.
Fundé Caracas, y acerté a fundarla en tan hermoso valle...
[Relator:]
"Fundó Caracas" dice...
[Don Rodrigo:]
En tan hermoso valle...
[Relator:]
¡Guenguengueguenguengue! "Acerté a fundarlaaa." (Burlándose.)
Acertó a fundarla, y tanto acertó ¡que la fundó en pleno centro de Caracas!
¡Que ya estaba fundada, y él no lo vio!
[Don Rodrigo:]
¡Y bueno, hombre, con el apuro!
[Relator:]
Los guardias, perplejos, y algunos paseantes intentan prenderlo y
en cárcel ponerlo. Rodrigo protesta, fiero, desafiante.
[Don Rodrigo:]
¡Aaaaaaaah! ¡Mi honra está en juego y de aquí no me muevo!
[Juez:]
Por ante este tribunal, se condena a don Rodrigo Díaz de Carreras
a la pena de destierro en la isla de Puerto Rico por los delitos de:
portación de armas y fundación ilícita.
Archívese, lo, bien, a él.
[Don Rodrigo:]
Estando el barco al llegar a donde cumplir mi pena,
de esclavos oigo un cantar que a negro destino suena.
[Esclavo:]
Chabaia nenge nimón solangangaina eingo.
Samaya nengueneón sanga iobai, oengo.
Samanga neingenon sabainga engo.
Samanga lenguenguelon. Sabanga lenguelón.
Samanga len, golen.
Maya senguelá, Achicoria.
Sabai enguelá.
Guana, guana, guana catal.
Aiamete, aye ve, Achicoria.
Aya queteie ameingová
Obaiasá, tebetepe.
Obaiase, tebetepo.
Obaiasá, Achicoria.
Ayá yo acá tu.
Ayá tu acá yo.
Ayá yo y tu, acá, Achicoria.
¡Sapa, talaca salapalacatá!
¡Sapa, talaca salapalacató!
¡Achicoria!
¡Ay, ay ay ay ay!
¡Uay, ay ay ay ay!
Acatócoyo, acatócoyo
Acatócoyo, acatocábayo.
[Don Rodrigo:]
Más ni bien llegué a tierra firme,
fui de pronto conmovido por los ojos renegridos de una morena.
Y revivieron mis sueños de viejo conquistador sed de guerra,
del amor del alma llena. Ya vendrá otra gente a conquistar Las Indias,
yo me quedo aquí a conquistar mi negra.
[Esclavos:]
No hay en la vida nada.
[Don Rodrigo:]
Como mi negra.
[Esclavos:]
No hay en la vida nada.
[Don Rodrigo:]
Como mi negra.
[Esclavos:]
No hay en la vida nada.
[Don Rodrigo:]
Como mi negra.
¡A ver ese piano! ¡Sabor chico, sabor!
[Esclavos:]
¡Sabor chico, sabor chico!
[Don Rodrigo:]
¡Lleva, lleva, caballero!
[Esclavos:]
¡Lleva, lleva, caballo... caballero!
¡A cantar, a cantar!
[Don Rodrigo:]
Sí, moreno.
[Esclavos:]
¡A bailar, a bailar!
[Don Rodrigo:]
Sí, papacito.
[Esclavos:]
¡A gozar, a gozar!
[Don Rodrigo:]
¡Azuquita!
[Esclavos:]
¡Achicoria!
[Don Rodrigo:]
Hoy la brisa está tan suave
[Esclavos:]
¡Como mi negra!
[Don Rodrigo:]
que los juncos se bambolean.
[Esclavos:]
¡Como mi negra!
[Don Rodrigo:]
Y la música es tan bonita
[Esclavos:]
¡Como mi negra!
[Don Rodrigo:]
que es tocada por todo el mundo.
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¡Como mi neg...!
¡No hay en la vida nada,
como mi negra!
¡No hay en la vida nada
como mi negra!