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Vi una guitarra muda en la playa
y cientos de canciones pasar
y cientos de maneras tuyas.
No es mi intención cargar con la culpa,
no siempre estoy dispuesto a vivir
frenando en casi todas las curvas,
ni levantándote las faldas al bailar
cuando las dudas nos empiecen a crecer
Que todavía podría encender
dos lunas en tu espalda,
oliendo a cuero y al amanecer
a ver como me tratas,
que todavía podría encender
dos lunas en tu cara
y una tormenta después.
Más vale que la luz nos descubra
saliendo de los bares por fin
si vuelven a dejarnos a oscuras.
La alegría te muestra desnuda
y se ofrece desnuda ante mí,
y se mezcla con agua de lluvia
cuando las gatas no se atreven a salir
de los que nunca perdonamos, cuídate.
Que todavía podría encender'