A veces te veo caminando en la misma calle, en nuestro barrio. No pronunciamos ni palabra, negamos que el amor uniera tanto. Y al cruzarnos, miradas de reojo nos dicen que no hay nada en nuestro rostro.
Y seguimos sin darnos media vuelta, como si tuvieras miedo y yo vergüenza. Cuando nadie importaba, sólo nosotros, que dejarnos simplemente era de tontos.
Esa rabia que me come por dentro, la impotencia de no poder decir 'te quiero'. Que deseo que vuelvas a mi lado, diciendo que nos hemos equivocado.
Y no importa quien tenga la culpa si tú eres la princesa de mis sueños, si no quiero que quede esto en palabras, dime que me amas con un beso y un te quiero.
Quizás no quiero rebajarme y tú sientes lo mismo al contemplarme. No queremos aceptar nuestro fracaso, entonces daré yo el primer paso.
Y perderé el miedo que me invade, y el derecho al orgullo que no vale, y te diré que no hay nada en este mundo que apague un amor que es tan profundo.
Y si mi rabia no puede con la tuya, espero que la niebla no nos destruya.
Esa rabia que me come por dentro, la impotencia de no poder decir 'te quiero'. Que deseo que vuelvas a mi lado, diciendo que nos hemos equivocado.
Y no importa quien tenga la culpa si tú eres la princesa de mis sueños, si no quiero que quede esto en palabras, dime que me amas con un beso y un te quiero.
Es un error decir que lo nuestro hace tiempo terminó, pues veo en tí la mirada que dice que tú estás loca por mí, y el orgullo nos ciega y no nos deja vivir.
Esa rabia que me come por dentro, la impotencia de no poder decir 'te quiero'. Que deseo que vuelvas a mi lado, diciendo que nos hemos equivocado.
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Y no importa quien tenga la culpa si tú eres la princesa de mis sueños, si no quiero que quede esto en palabras, dime que me amas con un beso y un te quiero.