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Este niño Dios, Antón,
que en Belén tiembla y suspira,
con unos ojuelos mira
que penetra el corazón.
QUE NO VOY SOLA,
QUE AMOR ME LLEVA.
Con la luz de sus ojuelos,
el Portal todo alborea.
Pastorcico enamorado,
ehorabuena vengais,
pues tal alborada dais
de gloria vuestro ganado.