Adonde menos lo esperaba,
En un insólito rincón,
Detrás de un tiempo sin nostalgias,
Dentro de un lápiz sin carbón.
Debajo de un papel sin frente,
Frente a la bruma de mi ayer,
Abandonándome a su suerte,
Rimando pausas con mi piel.
Anclada al fondo de mi sueño,
Con la marea a su favor,
Recostándose en mi espera,
Sonriendo entre mi confusión.
Esperando indiferente,
Entre mi espalda y la pared,
Empujándome a mi suerte,
Sin piedra, tijera o papel.
Disfrazada de vereda,
De paseo sin dirección,
De madrugada y sin permiso,
Atropellando a mi razón.
Esquivándole a mis manos,
Ostentando su poder,
Saltando de cuerda en cuerda,
Soberbia acróbata sin red.
Sentada al borde de mí mismo,
Acurrucada en mi interior,
Del horizonte de tus ojos
Fue amaneciendo esta canción.