Noche de cena, cena en familia, y papá celebrando que de esta, por fin si que trinca un montón de dinero, una bolsa repleta, billetes usados, mojados, manchados por las huellas que dejan sus negocios raros.
La niña mona, mamá culona, el perro fiero y el engominado que odia a los extranjeros.
La mesa está puesta y llama a la puerta la mala fortuna, el azar o la puta casualidad.
Tres tipos violentos entran a saco buscando la pasta, la plata, la bolsa, la caja, escupen
el cava y preguntan, pero papá no canta.
Tres hampones curran juntos, tipos malos, tipos chungos.
La noche de los oportunos,
no hubo suerte y hubo muertes,
fin de ruta para algunos.
La noche de los oportunos.
Tres hampones curran juntos, tipos malos, tipos chungos.
La noche de los oportunos,
no hubo suerte y hubo muertes,
fin de ruta para algunos.
La noche de los oportunos.
Se han cabreado los tres tipos malos:
círculo, rombo y cuadrado, y rajan al viejo, jodido pendejo, que no abre boca y soporta el dolor
pensando en su bolsa, ¿pero qué bolsa?,
la misma que intenta llevarse el pollo que da tanta caña a la madre.
Ofu, que lio. Mejor lo vemos en el cine.
Tres hampones curran juntos, tipos malos, tipos chungos.
La noche de los oportunos,
no hubo suerte y hubo muertes,
fin de ruta para algunos.
La noche de los oportunos.
Tres hampones curran juntos, tipos malos, tipos chungos.
La noche de los oportunos,
no hubo suerte y hubo muertes,
fin de ruta para algunos.
La noche de los oportunos.
Tres hampones curran juntos, tipos malos, tipos chungos.
La noche de los oportunos,
no hubo suerte y hubo muertes,
fin de ruta para algunos.
La noche de los oportunos.