Nace un nuevo día, el sol me mira, el viento sopla, peinando dunas que ardían. Paso a paso, sentía gris melodía, de granos de arena y viento, bailando en la lejanía. Dejo atrás mi tierra, sumida en la desgracia del olvido y que agoniza por el SIDA. Nubes formadas por suspiros, ríos de llanto, ira, Sierra Leona no hay salida. El camino oscuro profana mis miedos, mi sangre se vuelve hielo. El ocaso ilumina el cielo, luz de luna que descansa sobre dunas del desierto, senderos de plata, sueño, despierto.El camino es largo, cerca de hamada, en el sahara, pies descalzos y un sabor amargo. Hedor de miles de cuerpos en letargo, el desierto llama a la muerte por encargo. La sed, el hambre y el cansancio, aturden mis sentidos y mi animo, alguno más débil murió, cuando golpea el día y se vuelve mas cálido, la arena es un imperio de espejismo bajo el sol. Llegó a su fin el dorado, manto árido, a mis espaldas llevo Argelia, sudor y pánico, marruecos, última puerta hacia el mañana. Su maleza me llama, escapare de sus llamas.
SE ENTRISTECE EL CIELO, LLORAN LAS
ESTRELLAS, VIVE EN MI ESE MIEDO SOLEDAD, Y TRISTEZA MIRADAS PERDIAS EN LA INMENSIDAD DE UN SUEÑO, AGONIA DEL RECUERDO, ME MALTRATA EL PENSAMIENTO.
Después de varios días, y frías vigilias
clandestinos sin hogar, entre suplicas, corán y biblia. Moran bajo sombras de las calles, de un califa que construye, mezquitas con el hambre. Nadie responde a el hombre que su mal esconde, tras su mirada perdida quien sabe donde, quizás en la inmensidad del cielo, o el empeño de librar batallas en un viaje eterno. Marruecos, senda del infierno, mafias, dictan, leyes con corazón de invierno. Un dilema perder la vida o alcanzar un sueño, la ruta del estrecho tiene un precio.
SE ENTRISTECE EL CIELO, LLORAN LAS ESTRELLAS, VIVE EN MI ESE MIEDO, SOLEDAD Y TRISTEZA. MIRADAS PERDIAS EN LA INMENSIDAD DE UN SUEÑO, AGONIA DEL RECUERDO, ME MALTRATA EL PENSAMIENTO.
Niebla, madrugada incierta.llegamos a un bosque donde se vislumbran vallas, mi ansiedad despierta. Dormir es prescindible, soñar con lo imposible es rozar con la mirada la terrible puerta. Seis metros de alambrada se alzan al alba, la libertad se llama Ceuta y me deja sin habla, sin armas le pido a dios por mi suerte, me enfrento en la batalla de la valla de la muerte. Escaleras artesanales,
nuestro puente. Peldaños de esperanza, miedo inexistente, somos noventa inmigrantes , cristianos, árabes hijos del mismo éxodo, hijos del hambre. la ilusión pierde su brillo, cuando el ruido de un casquillo cae al suelo y escalera en mano miro al cielo, frente a mi la guardia civil, tras mi sombra guardia marroquí, que viene al ritmo de un fusil. FUEGO!! Puse la escalera en la alambrada, voy subiendo sin aliento en una escena gélida, alguien dispara, gritos ensordecen mi huida, mientras mi corazón me habla: SALTA NO HAY SALIDA!!!!