Lucía: Una palabra trajo la otra,
Esto algún día tenía que pasar,
Yo no pedía, no consentía,
Ser en su vida una cosa más,
Si me deseaba, él me buscaba,
Y al otro día de mí se olvidaba,
No soporto, no permito ser un objeto sexual. . .
Joaquín: Yo te comprendo, pero lamento
Que no te pueda ofrecer nada más,
Esto lo hablamos, ya lo aclaramos,
Tú en tu sitio y yo en mi lugar,
Pero volaste, te equivocaste,
Y no soy culpable de lo que soñaste,
Es inútil, no me pidas lo que no te puedo dar. . .
Lucía: Eres una máquina, un trozo de hierro
Con arma de acero y corazón mecánico, estúpida máquina,
Que sólo fabrica ilusiones de lata,
Y amores de plástico. . .
Eres una máquina, un frío motor
Que funciona a mentiras y no tiene límite, estúpida máquina,
Quisiera romper tu control infernal,
Poder destruirte. . .
Lucía: Esto se acaba, no queda nada,
Yo de mi parte ya no quiero más,
Cuando pensaba que eras un hombre,
Fuiste un payaso que quiso jugar. . .
Joaquín: Y tú qué creíste, qué imaginaste,
Qué fantasía es la que te inventaste?
Si te marchas o te quedas juro que a mí me da igual. . .
Lucía: Eres una máquina, un trozo de hierro
Con arma de acero y corazón mecánico, estúpida máquina,
Que sólo fabrica ilusiones de lata,
Y amores de plástico. . .
Eres una máquina, un frío motor
Que funciona a mentiras y no tiene límite, estúpida máquina,
Quisiera romper tu control infernal,
Poder destruirte. . .