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Tengo un nieto, muy inquieto,
que me pone de los nervios.
Viene ya, viene ya, ya está aquí otra vez...
¡Tate quieto! ¡Tate quieto! ¡Tate quieto!
¡Quieto parao! Toma el Trankimazin.
No me deja ir al baño,
ya no cantan mis canarios.
Si supieran lo que es esto...
¿Por qué se mueve aquel tiesto?
¡Tate quieto! ¡No te muevas! ¡Tate quieto!
¡Quieto parao! Toma tu Valeriana.
Me destroza a cabezazos
el parquet y el terrazo.
Y ahí está, viene ya, ¿es que nunca va a parar?
¡Tate quieto! ¡Tate quieto! ¡Tate quieto!
Y es que este niño se mueve tanto
que, en vez de uno, parecen cuatro.
La cabeza mete en el horno
y al gato le ha sacado los ojos.
¡Tate quieto! Toma tu Valium 10.
Ni las drogas pueden con él.
¡Tate quieto! A mí me gusta el orden
y está todo fuera de sitio, está todo fuera de sitio...