Sostribo mi desidia en la barra de algún bar;
me bebe el malestar, y me come la apatía.
Y en este parolismo me encuentro cada día,
y en este parolismo me pierdo cada día.
Andar corriendo tras tus pasos, loco por tocar tu piel;
éramos tan iguales', ahora puedo comprender:
tú eres una cucaracha, y yo soy un escarabajo;
desde que tú no me quieres, todo se me viene abajo.
Quiero comer donde me entre hambre;
quiero dormir donde me entre sueño.
Huyes de mí como de un enjambre,
y harto que estoy, de follarte en sueños.
Vivo en un cuento de hadas, me alimento de despojos;
Tú eres una princesa, y yo una rana encantada.
¡Deja ya de clavarme alfileres a tu antojo!
¡Deja ya de clavarme alfileres en los ojos!
Barrunto tu mirada, con la fuerza de un volcán;
tu novio se lo güeli: creo que me mira mal.
¡Deja ya de joderme con sus historias!
Sólo quiero sulfatarte a todas horas.
Amén.
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Quiero comer donde me entre hambre;
quiero dormir donde me entre sueño.
Huyes de mí como de un enjambre,
y harta que estás, de follarme en sueños