Brincábamos juntos, alegres sin meditar
por entre los riegos del campo de la zafra.
Las flores y el fruto sabroso del viñenal
hacían que nos olvidemos de nuestro hogar...
llegábamos muy sudorosos a la orilla
del río Bermejo, qué lindo para nadar,
del río que adorna Tarija mi hermosa tierra natal.
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Un día el río no estaba de buen humor,
mis ojos miraban su furia con estupor.
En brazos de un remolino la envolvió
sin meditar un poquito en mi gran dolor.
Sabía que ella alegraba mi corazón,
los dos consolábamos nuestras desventuras.
Sabía que los dos soñábamos despiertos,
aunque éramos separados por sus tatas.
¿Por qué tan solito ha quedado ha quedado mi corazón?,
¿por qué no me llevas con tu remolino para jugar?(x2)