Seres insignificantes
incapaces de entender.
Mentes deformes presas de una condición.
Condición que os han escrito
los lacayos más adictos
al poder que da forma y cuerpo a mi persona.
Sometidos a una vida
en la que mueve los hilos
el que relata vuestra penosa existencia,
mientras vosotros pensáis
que os debéis a una leyenda
impuesta por unas absurdas escrituras.
Es el momento de que sepáis
quién es el Dios juez de vuestra gran condena.
No soy Jesús, el dios del clero;
soy mucho más que eso: Soy el Dinero
Tantas vidas desperdiciadas,
mil años derrochando fe,
malgastando el tiempo buscando respuestas,
condenados adorando a un impostor.
El secreto de la vida está enterrado,
está encerrado en un papel.
Soy el poder que todo lo domina.
Podéis llamarme Dios.
Tengo el poder de provocar una catástrofe mundial.
Puedo comprar la vida de quién se me antoje
o quitar la que me plazca sin piedad.
Haceos a la idea de que esto es así,
de que todo gira en torno a mí.
Vuestra devoción me ha hecho ser un dios
Único dios: Yo
De mí dependen todas vuestras miserables vidas,
vidas mezquinas repletas de oscuridad.
Oscuridad que transmitís a este planeta en ruinas
y que vosotros solos vais a exterminar.
El proceso ya ha empezado,
no puede dar marcha atrás.
Soy la destrucción mundial
Jamás os daréis cuenta,
es lento pero eficaz:
Mataos entre vosotros...Por mí
El proceso ha empezado:
Avanza, no se puede parar.
Soy quién manda, soy el dinero:
Soy la destrucción mundial (x3)
Jamás os daréis cuenta,
es lento pero eficaz:
El declive de la raza humana.
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