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Fix lyrics Capitulo 6 by Jose Hernandes
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Vamos dentrando recién <br />a la parte mas sentida, <br />aunque es todita mi vida <br />de males una cadena: <br />a cada alma dolorida <br />le gusta cantar sus penas. <br /> <br />Se empezó en aquel entonces <br />a rejuntar caballada, <br />y riunir la milicada <br />teniendola en el cantón, <br />para una despedición <br />a sorprender a la indiada. <br /> <br />Nos anunciaban que iríamos <br />sin carretas ni bagajes <br />a golpiar a los salvajes <br />en sus mesmas tolderías; <br />que a la güelta pagarían <br />licenciándolo al gauchaje; <br /> <br />Que en esta despedición <br />tuviéramos la esperanza; <br />que iba a venir sin tardanza, <br />según el Jefe contó, <br />un menistro o que se yo... <br />que le llamaban don Ganza; <br /> <br />Que iba a riunir el ejército <br />y tuitos los batallones, <br />y que traiba unos cañones <br />con más rayas que un cotín; <br />!pucha!... Las conversasiones <br />por allá no tenian fín. <br /> <br />Pero esas trampas no enriedan <br />a los zorros de mi laya; <br />que esa Ganza venga o vaya, <br />poco le importa a un matrero. <br />yo también deje las rayas... <br />en los libros del pulpero. <br /> <br />Nunca juí gaucho dormido; <br />siempre pronto, siempre listo, <br />yo soy un hombre, !que Cristo!, <br />que nada me ha acobardao, <br />y siempre salí parao <br />en los trances que me he visto. <br /> <br />Dende chiquito gané <br />la vida con mi trabajo, <br />y aunque siempre estuve abajo <br />y no sé lo que es subir <br />tambien el mucho sufrir <br />suele cansarnos, !barajo! <br /> <br />En medio de mi inorancia <br />conozco que nada valgo: <br />soy la liebre o soy el galgo <br />asigún los tiempos andan; <br />pero también los que mandan <br />debieran cuidarnos algo. <br /> <br />Una noche que riunidos <br />estaban en la carpeta <br />empinando una limeta <br />el Jefe y el Juez de Paz, <br />yo no quise aguardar más, <br />y me hice humo en un sotreta. <br /> <br />Me parece el campo orégano <br />dende que libre me veo; <br />donde me lleva el deseo <br />allí mis pasos dirijo, <br />y hasta en las sombras de fijo <br />que donde quiera rumbeo. <br /> <br />Entro y salgo del peligro <br />sin que me espante el estrago, <br />no aflojo al primer amago <br />ni jamás fí gaucho lerdo: <br />soy pa rumbiar como el cerdo, <br />y pronto caí a mi pago. <br /> <br />Volvía al cabo de tres años <br />de tanto sufrir al ñudo <br />resertor, pobre y desnudo, <br />a procurar suerte nueva; <br />y lo mesmo que el peludo <br />enderecé pa mi cueva. <br /> <br />No hallé ni rastro del rancho: <br />!solo estaba la tapera! <br />!por cristo si aquello era <br />pa enlutar el corazón! <br />!yo juré en esa ocasión <br />ser mas malo que una fiera! <br /> <br />!Quien no sentirá lo mesmo <br />cuando ansí padece tanto! <br />puedo asigurar que el llanto <br />como una mujer largué: <br />!Ay, mi Dios: si me quedé <br />mas triste que Jueves Santo! <br /> <br />Sólo se oiban los aullidos <br />de un gato que se salvó; <br />el pobre se guareció <br />cerca, en una vizcachera: <br />venía como si supiera <br />que estaba de güelta yo. <br /> <br />Al dirme dejé la hacienda <br />que era todito mi haber; <br />pronto debíamos volver, <br />sigún el Juez prometía, <br />y hasta entonces cuidaria <br />de los bienes, la mujer. <br />............................... <br /> <br />Después me contó un vecino <br />que el campo se lo pidieron; <br />la hacienda se la vendieron <br />pa pagar arrendamientos, <br />y que sé yó cuantos cuentos; <br />pero todo lo fundieron. <br /> <br />Los pobrecitos muchachos, <br />entre tantas afliciones, <br />se conchabaron de piones; <br />!más que iban a trabajar, <br />si eran como los pichones <br />sin acabar de emplumar! <br /> <br />Por ahi andarán sufriendo <br />de nuestra suerte el rigor: <br />me han contao que el mayor <br />nunca dejaba a su hermano; <br />puede ser que algún cristiano <br />los recoja por favor. <br /> <br />!Y la pobre mi mujer, <br />dios sabe cuánto sufrió! <br />me dicen que se voló <br />con no sé qué gavilán: <br />sin duda a buscar el pan <br />que no podía darle yo. <br /> <br />No es raro que a uno le falte <br />lo que a algún otro le sobre <br />si no le quedó ni un cobre <br />sino de hijos un enjambre. <br />que más iba a hacer la pobre <br />para no morirse de hambre? <br /> <br />!Tal vez no te vuelva a ver, <br />prienda de mi corazón! <br />dios te de su proteción <br />ya que no me la dió a mí, <br />y a mis hijos dende aquí <br />les hecho mi bendición. <br /> <br />Como hijitos de la cuna <br />andarán por ahi sin madre; <br />ya se quedaron sin padre, <br />y ansí la suerte los deja <br />sin naides que los proteja <br />y sin perro que les ladre. <br /> <br />Los pobrecitos tal vez <br />no tengan ande abrigarse, <br />ni ramada ande ganarse, <br />ni rincón ande meterse, <br />ni camisa que ponerse, <br />ni poncho con que taparse. <br /> <br />Tal vez los verán sufrir <br />sin tenerles compasión; <br />puede que alguna ocasión, <br />aunque los vean tiritando, <br />los echen de algún jogón <br />pa que no estén estorbando. <br /> <br />Y al verse ansina espantaos <br />como se espanta a los perros, <br />irán los hijos de Fierro, <br />con la cola entre las piernas, <br />a buscar almas mas tiernas <br />o esconderse en algún cerro. <br /> <br />Mas también en este juego <br />voy a pedir mi bolada; <br />a naides le debo nada, <br />ni pido cuartel ni doy: <br />y ninguno dende hoy <br />ha de llevarme en la armada. <br /> <br />Yo he sido manso primero, <br />y seré gaucho matrero; <br />en mi triste circunstancia, <br />aunque es mi mal tan projundo, <br />nací y me he criado en estancia. <br />pero ya conozco el mundo. <br /> <br />Ya les conozco sus mañas, <br />le conozco sus cucañas; <br />sé como hacen la partida, <br />la enriedan y la manejan; <br />deshaceré la madeja <br />aunque me cueste la vida. <br /> <br />Y aguante el que no se anime <br />a meterse en tanto engorro <br />o si no aprétese el gorro <br />y para otra tierra emigre; <br />pero yo ando como el tigre <br />que le roban los cachorros. <br /> <br />Aunque muchos creen que el gaucho <br />tiene alma de reyuno, <br />no se encontrará a ninguno <br />que no le dueblen las penas; <br />mas no debe aflojar uno <br />mientras hay sangre en las venas
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Vamos dentrando recién <br />a la parte mas sentida, <br />aunque es todita mi vida <br />de males una cadena: <br />a cada alma dolorida <br />le gusta cantar sus penas. <br /> <br />Se empezó en aquel entonces <br />a rejuntar caballada, <br />y riunir la milicada <br />teniendola en el cantón, <br />para una despedición <br />a sorprender a la indiada. <br /> <br />Nos anunciaban que iríamos <br />sin carretas ni bagajes <br />a golpiar a los salvajes <br />en sus mesmas tolderías; <br />que a la güelta pagarían <br />licenciándolo al gauchaje; <br /> <br />Que en esta despedición <br />tuviéramos la esperanza; <br />que iba a venir sin tardanza, <br />según el Jefe contó, <br />un menistro o que se yo... <br />que le llamaban don Ganza; <br /> <br />Que iba a riunir el ejército <br />y tuitos los batallones, <br />y que traiba unos cañones <br />con más rayas que un cotín; <br />!pucha!... Las conversasiones <br />por allá no tenian fín. <br /> <br />Pero esas trampas no enriedan <br />a los zorros de mi laya; <br />que esa Ganza venga o vaya, <br />poco le importa a un matrero. <br />yo también deje las rayas... <br />en los libros del pulpero. <br /> <br />Nunca juí gaucho dormido; <br />siempre pronto, siempre listo, <br />yo soy un hombre, !que Cristo!, <br />que nada me ha acobardao, <br />y siempre salí parao <br />en los trances que me he visto. <br /> <br />Dende chiquito gané <br />la vida con mi trabajo, <br />y aunque siempre estuve abajo <br />y no sé lo que es subir <br />tambien el mucho sufrir <br />suele cansarnos, !barajo! <br /> <br />En medio de mi inorancia <br />conozco que nada valgo: <br />soy la liebre o soy el galgo <br />asigún los tiempos andan; <br />pero también los que mandan <br />debieran cuidarnos algo. <br /> <br />Una noche que riunidos <br />estaban en la carpeta <br />empinando una limeta <br />el Jefe y el Juez de Paz, <br />yo no quise aguardar más, <br />y me hice humo en un sotreta. <br /> <br />Me parece el campo orégano <br />dende que libre me veo; <br />donde me lleva el deseo <br />allí mis pasos dirijo, <br />y hasta en las sombras de fijo <br />que donde quiera rumbeo. <br /> <br />Entro y salgo del peligro <br />sin que me espante el estrago, <br />no aflojo al primer amago <br />ni jamás fí gaucho lerdo: <br />soy pa rumbiar como el cerdo, <br />y pronto caí a mi pago. <br /> <br />Volvía al cabo de tres años <br />de tanto sufrir al ñudo <br />resertor, pobre y desnudo, <br />a procurar suerte nueva; <br />y lo mesmo que el peludo <br />enderecé pa mi cueva. <br /> <br />No hallé ni rastro del rancho: <br />!solo estaba la tapera! <br />!por cristo si aquello era <br />pa enlutar el corazón! <br />!yo juré en esa ocasión <br />ser mas malo que una fiera! <br /> <br />!Quien no sentirá lo mesmo <br />cuando ansí padece tanto! <br />puedo asigurar que el llanto <br />como una mujer largué: <br />!Ay, mi Dios: si me quedé <br />mas triste que Jueves Santo! <br /> <br />Sólo se oiban los aullidos <br />de un gato que se salvó; <br />el pobre se guareció <br />cerca, en una vizcachera: <br />venía como si supiera <br />que estaba de güelta yo. <br /> <br />Al dirme dejé la hacienda <br />que era todito mi haber; <br />pronto debíamos volver, <br />sigún el Juez prometía, <br />y hasta entonces cuidaria <br />de los bienes, la mujer. <br />............................... <br /> <br />Después me contó un vecino <br />que el campo se lo pidieron; <br />la hacienda se la vendieron <br />pa pagar arrendamientos, <br />y que sé yó cuantos cuentos; <br />pero todo lo fundieron. <br /> <br />Los pobrecitos muchachos, <br />entre tantas afliciones, <br />se conchabaron de piones; <br />!más que iban a trabajar, <br />si eran como los pichones <br />sin acabar de emplumar! <br /> <br />Por ahi andarán sufriendo <br />de nuestra suerte el rigor: <br />me han contao que el mayor <br />nunca dejaba a su hermano; <br />puede ser que algún cristiano <br />los recoja por favor. <br /> <br />!Y la pobre mi mujer, <br />dios sabe cuánto sufrió! <br />me dicen que se voló <br />con no sé qué gavilán: <br />sin duda a buscar el pan <br />que no podía darle yo. <br /> <br />No es raro que a uno le falte <br />lo que a algún otro le sobre <br />si no le quedó ni un cobre <br />sino de hijos un enjambre. <br />que más iba a hacer la pobre <br />para no morirse de hambre? <br /> <br />!Tal vez no te vuelva a ver, <br />prienda de mi corazón! <br />dios te de su proteción <br />ya que no me la dió a mí, <br />y a mis hijos dende aquí <br />les hecho mi bendición. <br /> <br />Como hijitos de la cuna <br />andarán por ahi sin madre; <br />ya se quedaron sin padre, <br />y ansí la suerte los deja <br />sin naides que los proteja <br />y sin perro que les ladre. <br /> <br />Los pobrecitos tal vez <br />no tengan ande abrigarse, <br />ni ramada ande ganarse, <br />ni rincón ande meterse, <br />ni camisa que ponerse, <br />ni poncho con que taparse. <br /> <br />Tal vez los verán sufrir <br />sin tenerles compasión; <br />puede que alguna ocasión, <br />aunque los vean tiritando, <br />los echen de algún jogón <br />pa que no estén estorbando. <br /> <br />Y al verse ansina espantaos <br />como se espanta a los perros, <br />irán los hijos de Fierro, <br />con la cola entre las piernas, <br />a buscar almas mas tiernas <br />o esconderse en algún cerro. <br /> <br />Mas también en este juego <br />voy a pedir mi bolada; <br />a naides le debo nada, <br />ni pido cuartel ni doy: <br />y ninguno dende hoy <br />ha de llevarme en la armada. <br /> <br />Yo he sido manso primero, <br />y seré gaucho matrero; <br />en mi triste circunstancia, <br />aunque es mi mal tan projundo, <br />nací y me he criado en estancia. <br />pero ya conozco el mundo. <br /> <br />Ya les conozco sus mañas, <br />le conozco sus cucañas; <br />sé como hacen la partida, <br />la enriedan y la manejan; <br />deshaceré la madeja <br />aunque me cueste la vida. <br /> <br />Y aguante el que no se anime <br />a meterse en tanto engorro <br />o si no aprétese el gorro <br />y para otra tierra emigre; <br />pero yo ando como el tigre <br />que le roban los cachorros. <br /> <br />Aunque muchos creen que el gaucho <br />tiene alma de reyuno, <br />no se encontrará a ninguno <br />que no le dueblen las penas; <br />mas no debe aflojar uno <br />mientras hay sangre en las venas
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