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Fix lyrics Capitulo 9 by Jose Hernandes
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Matreriando lo pasaba <br />ya a las casas no venía; <br />solía arrimarme de día, <br />mas, lo mesmos que el carancho, <br />siempre estaba sobre el rancho <br />espiando a la polecía. <br /> <br />Viva el gaucho que ande mal, <br />como zorro perseguido, <br />hasta que al menor descuido <br />se lo atarasquen los perros, <br />pues nunca le falta un yerro <br />al hombre mas alvertido. <br /> <br />Y en esa hora de la tarde <br />en que tuito se adormece, <br />que el mundo dentrar parece <br />a vivir en pura calma, <br />con las tristezas del alma <br />al pajonal enderiece. <br /> <br />Bala el tierno corderito <br />al lao de la blanca oveja, <br />y a la vaca que se aleja <br />llama el ternero amarrao; <br />pero el gaucho desgraciao <br />no tiene a quien dar su oveja. <br /> <br />Ansí es que al venir la noche <br />iba a buscar mi guarida, <br />pues ande el tigre se anida <br />tmbién el hombre lo pasa, <br />y no quería que en las casas <br />me rodiara la partida. <br /> <br />Pues aun cuando vengan ellos <br />cumpliendo con su deberes, <br />yo tengo otros pareceres, <br />y en esa conduta vivo: <br />que no debe un gaucho altivo <br />peliar entre las mujeres. <br /> <br />Y al campo me iba solito, <br />más matrero que el venao, <br />como perro abandonao <br />a buscar una tapera, <br />o en alguna vizcachera <br />pasar la noche tirao. <br /> <br />Sin punto ni rumbo fijo <br />en aquella inmensidá, <br />entre tanta escuridá <br />anda el gaucho como duende; <br />alli jamás lo sorpriende <br />dormido, la autoridá. <br /> <br />Su esperanza es el coraje, <br />su guardia es la precaución, <br />su pingo es la salvación, <br />y pasa uno en su desvelo, <br />sin más amparo que el cielo <br />ni otro amigo que el facón. <br />.............................. <br /> <br />Ansí me hallaba una noche <br />contemplando las estrellas, <br />que le parecen más bellas <br />cuanto uno es más desgraciao, <br />y que Dios las haiga criao <br />para consolarse en ellas. <br /> <br />Les tiene el hombre cariño <br />y siempre con alegría <br />ve salir las Tres Marías; <br />que si llueve, cuanto escampa, <br />las estrellas son la guía <br />que el gaucho tiene en la pampa. <br /> <br />Aqui no valen dotores, <br />sólo vale la esperiencia; <br />aquí verían su inocencia <br />esos que todo lo saben, <br />porque esto tiene otra llave <br />y el gaucho tiene su cencia. <br /> <br />Es triste en medio del campo <br />pasarse noches enteras <br />contemplando en sus carreras <br />las estrellas que Dios cría, <br />sin tener mas compañía <br />que su delito y las fieras. <br /> <br />Me encontraba como digo, <br />en aquella soledá, <br />entre tanta escuridá, <br />echando al viento mis quejas, <br />cuando el grito del chajá <br />me hizo parar las orejas. <br /> <br />Como lunbriz me pegué <br />al suelo para escuchar; <br />pronto sentí retumbar <br />las pisadas de los fletes, <br />y que eran muchos jinetes <br />conocí sin vacilar. <br /> <br />Cuando el hombre está en peligro <br />no debe tener confianza; <br />ansí tendido de panza <br />puse toda mi atención <br />y ya escuche sin tardanza <br />como el ruido de un latón. <br /> <br />Se venían tan calladitos <br />que yo me puse en cuidao; <br />tal vez me hubieran bombiao <br />y ya me venían a buscar; <br />mas no quise disparar, <br />que eso es de gaucho morao. <br /> <br />Al punto me santigüé <br />y eché de giñebra un taco; <br />lo mesmito que el mataco <br />le arroyé con el porrón; <br />-si han de darme pa tabaco-, <br />dije,-ésta es güena ocasión-. <br /> <br />Me refalé las espuelas, <br />para no peliar con grillos; <br />me arremangué el calzoncillo, <br />y me ajusté bien la faja, <br />y en una mata de paja <br />probé el filo del cuchillo. <br /> <br />Para tenerlo a la mano <br />el flete en el pasto até, <br />la cincha le acomodé, <br />y, en un trance como aquél, <br />haciendo espaldas en él <br />quietito los aguardé. <br /> <br />Cuando cerca los sentí, <br />y que ahi no más se pararon, <br />los pelos se me erizaron <br />y,aunque nada vían mis ojos, <br />-no se han de morir de antojo-, <br />les dije, cuando llegaron. <br /> <br />Yo quise hacerles saber <br />que alli se hallaba un varón; <br />les conocí la intención <br />y solamente por eso <br />es que les gané el tirón, <br />sin aguardar voz de preso. <br /> <br />-Vos sos un gaucho matrero- <br />dijo uno, haciéndose el güeno. <br />-Vos mataste un moreno <br />y otro en una pulpería, <br />y aquí está la polecía <br />que viene a ajustar tus cuentas; <br />te va alzar por las cuarenta <br />si te resistís hoy día. <br /> <br />-No me vengan-, contesté, <br />-con relación de dijuntos; <br />esos son otros asuntos; <br />vean si me pueden llevar, <br />que yo no me he de entregar, <br />aunque vengan todos juntos-. <br /> <br />Pero no aguardaron más <br />y se apiaron en montón; <br />como a perro cimarrón <br />me rodiaron entre tantos; <br />ya me encomendé a los Santos, <br />y eche mano a mi facón. <br /> <br />Y ya vide el fogonazo <br />de un tiro de garabina, <br />mas quiso la suerte indina <br />de aquel maula, que me errase, <br />y ahi no más lo levantase <br />lo mesmo que una sardina. <br /> <br />A otro que estaba apurao <br />acomodando una bola, <br />le hice una dentrada sola <br />y le hice sentir el fierro, <br />y ya salió como el perro <br />cuando le pisan la cola. <br /> <br />Era tanta la aflición <br />y la angurria que venían, <br />que tuitos se me venían, <br />donde yo los esperaba; <br />uno al otro se estorbaba <br />y con las ganas no vían. <br /> <br />Dos de ellos que traiban sables <br />mas garifos y resueltos, <br />en las hilachas envueltos <br />enfrente se me pararon, <br />y a un tiempo me atropellaron <br />lo mesmo que perros sueltos. <br /> <br />Me fuí reculando en falso <br />y el poncho adelante eché, <br />y en cuanto le puso el pie <br />uno medio chapetón, <br />de pronto le di un tirón <br />y de espaldas lo largué <br /> <br />Al verse sin compañero <br />el otro se sofrenó; <br />entonces le dentré yo, <br />sin dejarlo resollar, <br />pero ya empezó a aflojar <br />y a la pu...n...ta disparó. <br /> <br />Uno que en una tacuara <br />hbía atao una tijera, <br />se vino como si juera <br />palenque de atar terneros, <br />pero en dos tiros certeros <br />salió aullando campo ajuera. <br />Por suerte en aquel momento <br />venía coloriando el alba <br />y yo dije: -Si me salva <br />la Virgen en este apuro, <br />en adelante le juro <br />ser más güeno que una malva-. <br /> <br />Pegué un brinco y entre todos <br />sin miedo me entreveré; <br />hecho ovillo me quedé <br />y ya me cargo una yunta, <br />y por el suelo la punta <br />de mi facón les jugué. <br /> <br />El más engolosinao <br />se me apió con un hachazo; <br />se lo quité con el brazo; <br />de no, me mata los piojos; <br />y antes de uqe diera un paso <br />le eché tierra en los dos ojos. <br /> <br />Y mientras se sacudiá <br />refregándose la vista, <br />yo me le fuí como lista <br />y ahi no más me le afirmé, <br />diciéndole: -Dios te asista-, <br />y de un revés lo voltié. <br /> <br />Pero en ese punto mesmo <br />sentí que por las costillas <br />un sable me hacía cosquillas <br />y la sangre me heló; <br />dende ese momento yo <br />me salí de mis casillas. <br /> <br />Di para atrás unos pasos <br />hasta que pude hacer pie; <br />por delante me lo eché <br />de punta y tajos a un criollo; <br />metió la pata en un hoyo, <br />y yo al hoyo lo mandé. <br /> <br />Tal vez en el corazón <br />le tocó un Santo bendito <br />a un gaucho, que pegó el grito <br />y dijo:-!Cruz no consiente <br />que se cometa el delito <br />de matar a un valiente!- <br /> <br />Y ahi no más se me aparió, <br />dentrándole a la partida; <br />yo les hice otra embestida <br />pues entre dos era robo; <br />y el Cruz era como lobo <br />que defiende su guarida. <br /> <br />Uno despachó al infierno <br />de dos que lo atropellaron; <br />los demás remoliniaron, <br />pues íbamos a la fija, <br />y a poco andar dispararon <br />lo mesmo que sabandija. <br /> <br />Ahí quedaron largo a largo <br />los que estiaron la jeta; <br />otro iba como maleta, <br />y Cruz de atrás les decia: <br />-Que venga otra polecia <br />a llevarlos en carreta-. <br /> <br />Yo junté las osamentas, <br />me hinqué y les recé un Bendito, <br />hice una cruz de un palito <br />y pedí a mi Dios clemente <br />me perdonara el delito <br />de haber muerto tanta gente. <br /> <br />Dejamos amotonaos <br />a los pobres que murieron; <br />no sé si los recogieron, <br />porque nos fuimos a un rancho, <br />o si tal vez los caranchos <br />ahi no más se los comieron. <br /> <br />Lo agarramos mano a mano <br />entre los dos al porrón: <br />en semejante ocasión <br />un trago a cualquiera encanta; <br />y Cruz no era remolón <br />ni pijotiaba garganta. <br /> <br />Calentamos los gargueros <br />y nos largamos muy tiesos, <br />siguiendo siempre los besos <br />al pichel, y por mas señas, <br />ibamos como cigüeñas <br />estirando los pescuezos. <br /> <br />-Yo me voy-, le dije,-amigo, <br />donde la suerte me lleve, <br />y si es que alguno se atreve, <br />a ponerse en mi camino, <br />yo seguiré mi destino, <br />que el hombre hace lo que debe. <br /> <br />-Soy un gaucho desgraciao, <br />no tengo donde ampararme, <br />ni un palo donde rascarme, <br />ni un árbol que me cubije: <br />pero ni aun esto me aflige <br />porque yo sé manejarme. <br /> <br />-Antes de cair al servicio, <br />tenia familia y hacienda; <br />cuando volví, ni la prenda <br />me la habian dejao ya. <br />Dios sabe en lo que vendrá <br />a parar esta contienda.
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Matreriando lo pasaba <br />ya a las casas no venía; <br />solía arrimarme de día, <br />mas, lo mesmos que el carancho, <br />siempre estaba sobre el rancho <br />espiando a la polecía. <br /> <br />Viva el gaucho que ande mal, <br />como zorro perseguido, <br />hasta que al menor descuido <br />se lo atarasquen los perros, <br />pues nunca le falta un yerro <br />al hombre mas alvertido. <br /> <br />Y en esa hora de la tarde <br />en que tuito se adormece, <br />que el mundo dentrar parece <br />a vivir en pura calma, <br />con las tristezas del alma <br />al pajonal enderiece. <br /> <br />Bala el tierno corderito <br />al lao de la blanca oveja, <br />y a la vaca que se aleja <br />llama el ternero amarrao; <br />pero el gaucho desgraciao <br />no tiene a quien dar su oveja. <br /> <br />Ansí es que al venir la noche <br />iba a buscar mi guarida, <br />pues ande el tigre se anida <br />tmbién el hombre lo pasa, <br />y no quería que en las casas <br />me rodiara la partida. <br /> <br />Pues aun cuando vengan ellos <br />cumpliendo con su deberes, <br />yo tengo otros pareceres, <br />y en esa conduta vivo: <br />que no debe un gaucho altivo <br />peliar entre las mujeres. <br /> <br />Y al campo me iba solito, <br />más matrero que el venao, <br />como perro abandonao <br />a buscar una tapera, <br />o en alguna vizcachera <br />pasar la noche tirao. <br /> <br />Sin punto ni rumbo fijo <br />en aquella inmensidá, <br />entre tanta escuridá <br />anda el gaucho como duende; <br />alli jamás lo sorpriende <br />dormido, la autoridá. <br /> <br />Su esperanza es el coraje, <br />su guardia es la precaución, <br />su pingo es la salvación, <br />y pasa uno en su desvelo, <br />sin más amparo que el cielo <br />ni otro amigo que el facón. <br />.............................. <br /> <br />Ansí me hallaba una noche <br />contemplando las estrellas, <br />que le parecen más bellas <br />cuanto uno es más desgraciao, <br />y que Dios las haiga criao <br />para consolarse en ellas. <br /> <br />Les tiene el hombre cariño <br />y siempre con alegría <br />ve salir las Tres Marías; <br />que si llueve, cuanto escampa, <br />las estrellas son la guía <br />que el gaucho tiene en la pampa. <br /> <br />Aqui no valen dotores, <br />sólo vale la esperiencia; <br />aquí verían su inocencia <br />esos que todo lo saben, <br />porque esto tiene otra llave <br />y el gaucho tiene su cencia. <br /> <br />Es triste en medio del campo <br />pasarse noches enteras <br />contemplando en sus carreras <br />las estrellas que Dios cría, <br />sin tener mas compañía <br />que su delito y las fieras. <br /> <br />Me encontraba como digo, <br />en aquella soledá, <br />entre tanta escuridá, <br />echando al viento mis quejas, <br />cuando el grito del chajá <br />me hizo parar las orejas. <br /> <br />Como lunbriz me pegué <br />al suelo para escuchar; <br />pronto sentí retumbar <br />las pisadas de los fletes, <br />y que eran muchos jinetes <br />conocí sin vacilar. <br /> <br />Cuando el hombre está en peligro <br />no debe tener confianza; <br />ansí tendido de panza <br />puse toda mi atención <br />y ya escuche sin tardanza <br />como el ruido de un latón. <br /> <br />Se venían tan calladitos <br />que yo me puse en cuidao; <br />tal vez me hubieran bombiao <br />y ya me venían a buscar; <br />mas no quise disparar, <br />que eso es de gaucho morao. <br /> <br />Al punto me santigüé <br />y eché de giñebra un taco; <br />lo mesmito que el mataco <br />le arroyé con el porrón; <br />-si han de darme pa tabaco-, <br />dije,-ésta es güena ocasión-. <br /> <br />Me refalé las espuelas, <br />para no peliar con grillos; <br />me arremangué el calzoncillo, <br />y me ajusté bien la faja, <br />y en una mata de paja <br />probé el filo del cuchillo. <br /> <br />Para tenerlo a la mano <br />el flete en el pasto até, <br />la cincha le acomodé, <br />y, en un trance como aquél, <br />haciendo espaldas en él <br />quietito los aguardé. <br /> <br />Cuando cerca los sentí, <br />y que ahi no más se pararon, <br />los pelos se me erizaron <br />y,aunque nada vían mis ojos, <br />-no se han de morir de antojo-, <br />les dije, cuando llegaron. <br /> <br />Yo quise hacerles saber <br />que alli se hallaba un varón; <br />les conocí la intención <br />y solamente por eso <br />es que les gané el tirón, <br />sin aguardar voz de preso. <br /> <br />-Vos sos un gaucho matrero- <br />dijo uno, haciéndose el güeno. <br />-Vos mataste un moreno <br />y otro en una pulpería, <br />y aquí está la polecía <br />que viene a ajustar tus cuentas; <br />te va alzar por las cuarenta <br />si te resistís hoy día. <br /> <br />-No me vengan-, contesté, <br />-con relación de dijuntos; <br />esos son otros asuntos; <br />vean si me pueden llevar, <br />que yo no me he de entregar, <br />aunque vengan todos juntos-. <br /> <br />Pero no aguardaron más <br />y se apiaron en montón; <br />como a perro cimarrón <br />me rodiaron entre tantos; <br />ya me encomendé a los Santos, <br />y eche mano a mi facón. <br /> <br />Y ya vide el fogonazo <br />de un tiro de garabina, <br />mas quiso la suerte indina <br />de aquel maula, que me errase, <br />y ahi no más lo levantase <br />lo mesmo que una sardina. <br /> <br />A otro que estaba apurao <br />acomodando una bola, <br />le hice una dentrada sola <br />y le hice sentir el fierro, <br />y ya salió como el perro <br />cuando le pisan la cola. <br /> <br />Era tanta la aflición <br />y la angurria que venían, <br />que tuitos se me venían, <br />donde yo los esperaba; <br />uno al otro se estorbaba <br />y con las ganas no vían. <br /> <br />Dos de ellos que traiban sables <br />mas garifos y resueltos, <br />en las hilachas envueltos <br />enfrente se me pararon, <br />y a un tiempo me atropellaron <br />lo mesmo que perros sueltos. <br /> <br />Me fuí reculando en falso <br />y el poncho adelante eché, <br />y en cuanto le puso el pie <br />uno medio chapetón, <br />de pronto le di un tirón <br />y de espaldas lo largué <br /> <br />Al verse sin compañero <br />el otro se sofrenó; <br />entonces le dentré yo, <br />sin dejarlo resollar, <br />pero ya empezó a aflojar <br />y a la pu...n...ta disparó. <br /> <br />Uno que en una tacuara <br />hbía atao una tijera, <br />se vino como si juera <br />palenque de atar terneros, <br />pero en dos tiros certeros <br />salió aullando campo ajuera. <br />Por suerte en aquel momento <br />venía coloriando el alba <br />y yo dije: -Si me salva <br />la Virgen en este apuro, <br />en adelante le juro <br />ser más güeno que una malva-. <br /> <br />Pegué un brinco y entre todos <br />sin miedo me entreveré; <br />hecho ovillo me quedé <br />y ya me cargo una yunta, <br />y por el suelo la punta <br />de mi facón les jugué. <br /> <br />El más engolosinao <br />se me apió con un hachazo; <br />se lo quité con el brazo; <br />de no, me mata los piojos; <br />y antes de uqe diera un paso <br />le eché tierra en los dos ojos. <br /> <br />Y mientras se sacudiá <br />refregándose la vista, <br />yo me le fuí como lista <br />y ahi no más me le afirmé, <br />diciéndole: -Dios te asista-, <br />y de un revés lo voltié. <br /> <br />Pero en ese punto mesmo <br />sentí que por las costillas <br />un sable me hacía cosquillas <br />y la sangre me heló; <br />dende ese momento yo <br />me salí de mis casillas. <br /> <br />Di para atrás unos pasos <br />hasta que pude hacer pie; <br />por delante me lo eché <br />de punta y tajos a un criollo; <br />metió la pata en un hoyo, <br />y yo al hoyo lo mandé. <br /> <br />Tal vez en el corazón <br />le tocó un Santo bendito <br />a un gaucho, que pegó el grito <br />y dijo:-!Cruz no consiente <br />que se cometa el delito <br />de matar a un valiente!- <br /> <br />Y ahi no más se me aparió, <br />dentrándole a la partida; <br />yo les hice otra embestida <br />pues entre dos era robo; <br />y el Cruz era como lobo <br />que defiende su guarida. <br /> <br />Uno despachó al infierno <br />de dos que lo atropellaron; <br />los demás remoliniaron, <br />pues íbamos a la fija, <br />y a poco andar dispararon <br />lo mesmo que sabandija. <br /> <br />Ahí quedaron largo a largo <br />los que estiaron la jeta; <br />otro iba como maleta, <br />y Cruz de atrás les decia: <br />-Que venga otra polecia <br />a llevarlos en carreta-. <br /> <br />Yo junté las osamentas, <br />me hinqué y les recé un Bendito, <br />hice una cruz de un palito <br />y pedí a mi Dios clemente <br />me perdonara el delito <br />de haber muerto tanta gente. <br /> <br />Dejamos amotonaos <br />a los pobres que murieron; <br />no sé si los recogieron, <br />porque nos fuimos a un rancho, <br />o si tal vez los caranchos <br />ahi no más se los comieron. <br /> <br />Lo agarramos mano a mano <br />entre los dos al porrón: <br />en semejante ocasión <br />un trago a cualquiera encanta; <br />y Cruz no era remolón <br />ni pijotiaba garganta. <br /> <br />Calentamos los gargueros <br />y nos largamos muy tiesos, <br />siguiendo siempre los besos <br />al pichel, y por mas señas, <br />ibamos como cigüeñas <br />estirando los pescuezos. <br /> <br />-Yo me voy-, le dije,-amigo, <br />donde la suerte me lleve, <br />y si es que alguno se atreve, <br />a ponerse en mi camino, <br />yo seguiré mi destino, <br />que el hombre hace lo que debe. <br /> <br />-Soy un gaucho desgraciao, <br />no tengo donde ampararme, <br />ni un palo donde rascarme, <br />ni un árbol que me cubije: <br />pero ni aun esto me aflige <br />porque yo sé manejarme. <br /> <br />-Antes de cair al servicio, <br />tenia familia y hacienda; <br />cuando volví, ni la prenda <br />me la habian dejao ya. <br />Dios sabe en lo que vendrá <br />a parar esta contienda.
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