Tú sécate las lágrimas
lo ha hecho todo él,
borracho, viejo alcohólico,
abominable ser,
un padre sin escrúpulos,
un déspota ruin,
que está crucificándote
el ángel que hay en ti.
Ahora aleja la sombra de tus dudas
dulce hija de un gran hijo de puta.
Ocúltaselo al párroco
y a Dios, cariño mío
entierra tu desánimo
en el rincón más frío
la noche entera enciérrate
la llave trágate
por la mañana espérame
que yo te llevaré.
Dejaremos en este mundo infame,
las caricias que ha robado un miserable.
Ven aquí, princesa, que yo te llevaré
porque habrá en este mundo de mierda
una rosa roja naciendo para tí
y domingos, y sueños que llegan.
Un trabajo digno y una humilde casa
cada día un plato lleno de esperada esperanza.
Ven aquí, princesa, nos vamos a alejar
y este mundo de hambre y violencia acabará.
Tenía una automática
la he tirado lejos,
debajo de una máquina,
camino de tu casa.
Y un árbol ha nacido allí
que crece para tí
bajo tus ojos únicos
que miran hacia mí.
Ahora dentro ya no hay odio ni venganza
solo piden que les cuiden confiando en mañana.
Ven aquí, princesa, que yo te llevaré
a la estrella de un nuevo planeta
donde no esté el gordo y despiadado rey
que te ha dado y quitado la vida que hay en tí
donde el mal no te persigue y no te toca
la sonrisa volverá de nuevo a estar en tu boca.
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Ven aquí, princesa, que yo te llevaré
a la estrella de un nuevo planeta
que una rosa roja naciendo espera allí
y domingos y sueños de vida
ven aquí, princesa, que yo te llevaré
junto a mí.