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(Salmo 25:4)
1. Nos has invitado a tu casa, Señor;
venimos a oír tu enseñanza.
Tu ley es el sol que nos ilumina,
nos llena de fe y esperanza.
(ESTRIBILLO)
Hazme saber tus sendas, oh Jehová;
enséñame a hacer tu voluntad.
Tu hermosa voz atento escucharé;
de tus caminos nunca me saldré.
2. Beber de tu sabiduría, Jehová,
es un verdadero deleite.
Gozar de tu luz es nuestro consuelo,
es un exquisito banquete.
(ESTRIBILLO)
Hazme saber tus sendas, oh Jehová;
enséñame a hacer tu voluntad.
Tu hermosa voz atento escucharé;
de tus caminos nunca me saldré.
(Véanse también Éxo. 33:13; Sal. 1:2; 119:27, 35, 73, 105.)
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(Salmo 25:4)
1. Nos has invitado a tu casa, Señor;
venimos a oír tu enseñanza.
Tu ley es el sol que nos ilumina,
nos llena de fe y esperanza.
(ESTRIBILLO)
Hazme saber tus sendas, oh Jehová;
enséñame a hacer tu voluntad.
Tu hermosa voz atento escucharé;
de tus caminos nunca me saldré.
2. Beber de tu sabiduría, Jehová,
es un verdadero deleite.
Gozar de tu luz es nuestro consuelo,
es un exquisito banquete.
(ESTRIBILLO)
Hazme saber tus sendas, oh Jehová;
enséñame a hacer tu voluntad.
Tu hermosa voz atento escucharé;
de tus caminos nunca me saldré.
(Véanse también Éxo. 33:13; Sal. 1:2; 119:27, 35, 73, 105.)