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(Salmo 127:1)
1. ¡Qué día tan especial,
amado Padre celestial!
Escucha, por favor, nuestra voz,
Rey universal.
Pusiste tu bendición
sobre esta humilde construcción.
La hicimos con amor, con fervor,
llenos de ilusión.
(ESTRIBILLO)
Hacerte esta hermosa casa
fue un honor muy singular.
Es un placer, Señor, servirte y proclamar
tu majestad, gran Dios, Jehová.
2. No olvidaremos jamás
los nuevos lazos de amistad,
las caras de emoción, el amor,
la felicidad.
Tu santo espíritu, Dios,
nos dio energías, nos unió.
¡La gloria vaya a ti, solo a ti,
nuestro Gran Creador!
(ESTRIBILLO)
Hacerte esta hermosa casa
fue un honor muy singular.
Es un placer, Señor, servirte y proclamar
tu majestad, gran Dios, Jehová.
(Véanse también Sal. 116:1; 147:1; Rom. 15:6.)
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(Salmo 127:1)
1. ¡Qué día tan especial,
amado Padre celestial!
Escucha, por favor, nuestra voz,
Rey universal.
Pusiste tu bendición
sobre esta humilde construcción.
La hicimos con amor, con fervor,
llenos de ilusión.
(ESTRIBILLO)
Hacerte esta hermosa casa
fue un honor muy singular.
Es un placer, Señor, servirte y proclamar
tu majestad, gran Dios, Jehová.
2. No olvidaremos jamás
los nuevos lazos de amistad,
las caras de emoción, el amor,
la felicidad.
Tu santo espíritu, Dios,
nos dio energías, nos unió.
¡La gloria vaya a ti, solo a ti,
nuestro Gran Creador!
(ESTRIBILLO)
Hacerte esta hermosa casa
fue un honor muy singular.
Es un placer, Señor, servirte y proclamar
tu majestad, gran Dios, Jehová.
(Véanse también Sal. 116:1; 147:1; Rom. 15:6.)