From:
Canto a la Pampa, la tierra triste,
réproba tierra de maldición,
que de verdores jamás se viste,
ni en lo más bello de la estación
ni en lo más bello de la estación.
En donde el ave nunca gorjea,
en donde nunca la flor creció,
ni del arroyo que serpentea
su cristalino bullir se oyó
su cristalino bullir se oyó.
Hasta que un día, como un lamento
de lo más hondo del corazón,
por las callejas del campamento
vibró un acento de rebelión
vibró un acento de rebelión.
Eran los ayes de muchos pechos,
de muchas iras era el clamor,
la clarinada de los derechos
del pobre pueblo trabajador
del pobre pueblo trabajador.
Benditas victimas que bajaron,
desde la Pampa, llenas de fe,
y a su llegada lo que escucharon
voz de metralla tan solo fue
voz de metralla tan solo fue.
Baldón eterno para las fieras
masacradoras sin compasión,
quedan manchadas con sangre obrera
como un estigma de maldición
como un estigma de maldición.
Pido venganza para el valiente
que la metralla pulverizó;
pido venganza para el doliente
huérfano y triste que allí quedo
huérfano y triste que allí quedo.-
Pido venganza por la que vino
de los obreros el pecho a abrir:
pido venganza por el pampino
que allá en Iquique supo morir
que allá en Iquique supo morir.
Translate to:
Canto a la Pampa, la tierra triste,
réproba tierra de maldición,
que de verdores jamás se viste,
ni en lo más bello de la estación
ni en lo más bello de la estación.
En donde el ave nunca gorjea,
en donde nunca la flor creció,
ni del arroyo que serpentea
su cristalino bullir se oyó
su cristalino bullir se oyó.
Hasta que un día, como un lamento
de lo más hondo del corazón,
por las callejas del campamento
vibró un acento de rebelión
vibró un acento de rebelión.
Eran los ayes de muchos pechos,
de muchas iras era el clamor,
la clarinada de los derechos
del pobre pueblo trabajador
del pobre pueblo trabajador.
Benditas victimas que bajaron,
desde la Pampa, llenas de fe,
y a su llegada lo que escucharon
voz de metralla tan solo fue
voz de metralla tan solo fue.
Baldón eterno para las fieras
masacradoras sin compasión,
quedan manchadas con sangre obrera
como un estigma de maldición
como un estigma de maldición.
Pido venganza para el valiente
que la metralla pulverizó;
pido venganza para el doliente
huérfano y triste que allí quedo
huérfano y triste que allí quedo.-
Pido venganza por la que vino
de los obreros el pecho a abrir:
pido venganza por el pampino
que allá en Iquique supo morir
que allá en Iquique supo morir.