Translation of El cantor by José de Molina

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Voy tejiendo mis canciones,
Bordando verso con verso,
Algunas a media noche,
Otras después del almuerzo.

Y me siento constructor de letras,
No de ciudades,
Y voy llamando a las puertas,
Compartiendo mis verdades.

Comencé como jugando,
Así por casualidad,
Y hoy se ha ido transformando,
En una necesidad.

Necesidad tan vital,
Que absorbe todo mi ser,
Es como algo existencial,
Es como respirar y ver.

Como un cazador furtivo,
Cual paciente pescador,
A la inspiración cautivo,
Seduciendo su candor.

Y el verso cae en la red,
Y la nota al corazón,
Queda apagada mi sed,
Y así nace la canción.

El cantor no es un profeta,
Sacerdote ni adivino,
Y si conoce la meta,
Es porque ha andado el camino.

Queda mucho por andar,
Y el cantor muy bien lo sabe,
Mas cuando vuela al cantar,
Lo envidia el aire y el ave.

Tiene intuición animal,
Como un niño el corazón,
Experiencia mundana,
Y madura la razón.

Siempre dirá la verdad,
Aunque arriesgue su pellejo,
Podrá ser tigre o quetzal,
Jamás serpiente o conejo.

Si el cantor dice mentiras,
No le tenga compasión,
Arrebátele su lira,
Y rómpale su canción.

Ahí su diferenciación,
Entre cantante y cantor,
El cantante usa la voz,
El cantor el corazón.

El cantante canta recio,
Pues tiene con que cantar,
El cantor no tiene precio,
Pues tiene porque cantar.

De su duda vacilante,
Lo sacara esta razón,
La canción hace al cantante,
Y el cantor hace a los dos.

Como le dije señor,
Ni sabio ni visionario,
Pero aquel que es buen cantor,
Será un revolucionario.

El cantor no es un profeta,
Sacerdote ni adivino,
Y si conoce la meta,
Es porque ha andado el camino.
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Voy tejiendo mis canciones,
Bordando verso con verso,
Algunas a media noche,
Otras después del almuerzo.

Y me siento constructor de letras,
No de ciudades,
Y voy llamando a las puertas,
Compartiendo mis verdades.

Comencé como jugando,
Así por casualidad,
Y hoy se ha ido transformando,
En una necesidad.

Necesidad tan vital,
Que absorbe todo mi ser,
Es como algo existencial,
Es como respirar y ver.

Como un cazador furtivo,
Cual paciente pescador,
A la inspiración cautivo,
Seduciendo su candor.

Y el verso cae en la red,
Y la nota al corazón,
Queda apagada mi sed,
Y así nace la canción.

El cantor no es un profeta,
Sacerdote ni adivino,
Y si conoce la meta,
Es porque ha andado el camino.

Queda mucho por andar,
Y el cantor muy bien lo sabe,
Mas cuando vuela al cantar,
Lo envidia el aire y el ave.

Tiene intuición animal,
Como un niño el corazón,
Experiencia mundana,
Y madura la razón.

Siempre dirá la verdad,
Aunque arriesgue su pellejo,
Podrá ser tigre o quetzal,
Jamás serpiente o conejo.

Si el cantor dice mentiras,
No le tenga compasión,
Arrebátele su lira,
Y rómpale su canción.

Ahí su diferenciación,
Entre cantante y cantor,
El cantante usa la voz,
El cantor el corazón.

El cantante canta recio,
Pues tiene con que cantar,
El cantor no tiene precio,
Pues tiene porque cantar.

De su duda vacilante,
Lo sacara esta razón,
La canción hace al cantante,
Y el cantor hace a los dos.

Como le dije señor,
Ni sabio ni visionario,
Pero aquel que es buen cantor,
Será un revolucionario.

El cantor no es un profeta,
Sacerdote ni adivino,
Y si conoce la meta,
Es porque ha andado el camino.