Translation of El Encuentro by Franklin Flores

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EL ENCUENTRO

¿Cómo poder hablar de algo indescriptible?

¿Cómo poner sonido a algo inaudible?

¿Cómo poder explicar el traspaso sublime,

de la vida en el cuerpo a un mundoirreversible?

Más eh aquí, Tú con la sencillez más preciosa

Llamaste mi atención, ver tu semblante el deun Padre amoroso

cumpliendo tu promesa que me esperarías

con tus brazos abiertos y alegre sonrisa

extiendes tus brazos ; tus manos se aprestan

y deslizan en mis mejillas

secando las lágrimas que por ellas deslizan.

En el túnel del viaje puedo imaginarme

darle vida a promesas leídas y pasajes tanbellos que lo describían.

En cada momento de mi recorrido crece elanhelo de poder contemplar

Su radiante hermosura que lo describe comotal.

Tus dedos recorren cada herida sanándolastodas y se cicatrizan

las ansias y dolor desaparecían

por las sendas gloriosas que me conducías.

No existía la noche todo era como el lumbraldel día

un mar de cristal que nos cubría

la Santa ciudad en el fondo yacía

el sonar de trompetas que nos recibían

en mi corazón un gozo inmenso que me invadía.
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EL ENCUENTRO

¿Cómo poder hablar de algo indescriptible?

¿Cómo poner sonido a algo inaudible?

¿Cómo poder explicar el traspaso sublime,

de la vida en el cuerpo a un mundoirreversible?

Más eh aquí, Tú con la sencillez más preciosa

Llamaste mi atención, ver tu semblante el deun Padre amoroso

cumpliendo tu promesa que me esperarías

con tus brazos abiertos y alegre sonrisa

extiendes tus brazos ; tus manos se aprestan

y deslizan en mis mejillas

secando las lágrimas que por ellas deslizan.

En el túnel del viaje puedo imaginarme

darle vida a promesas leídas y pasajes tanbellos que lo describían.

En cada momento de mi recorrido crece elanhelo de poder contemplar

Su radiante hermosura que lo describe comotal.

Tus dedos recorren cada herida sanándolastodas y se cicatrizan

las ansias y dolor desaparecían

por las sendas gloriosas que me conducías.

No existía la noche todo era como el lumbraldel día

un mar de cristal que nos cubría

la Santa ciudad en el fondo yacía

el sonar de trompetas que nos recibían

en mi corazón un gozo inmenso que me invadía.