From:
Unos lo llaman Casero, Alonsito o Albañil,
Juan del Barro allá en Brasil, en mi pago... en mi pago es el Hornero.
Con paso vivo y ligero, de rápidos movimientos,
suele caminar atento bichando sin alzar vuelo,
la vista fija en el suelo en busca de su alimento.
De color pardo terroso los ojos, patas y plumas,
pechera blanca se suma pa' dar un pájaro hermoso.
Ni su canto melodioso, ni un plumaje colorido,
ni un vuelo muy sostenido le da el renombre que tiene,
porque su fama mantiene por cómo construye el nido.
La cabeza redondeada, el pico largo y delgau,
ligeramente curvau y un no sé qué en la mirada.
La cola larga y cuadrada, media rojiza además,
y dos patas que quizás le sirven pa' andar galante,
con tres dedos pa' adelante y uno más corto pa' atrás.
Arma el nido en cualquier lau, árbol, corniza o tranquera,
un molina, una cumbrera o el poste de un alambrau.
Después que el barro ha encontrau con hoja o crines lo amasa
y con el pico se pasa meta acarrear con esmero
y en pocos días el Hornero ya tiene lista su casa.
Siempre Hornerito has construído a cada cría un rancho nuevo,
y como flores los huevos que en primavera han venido.
Con tu pareja que ha sido fiel de por vida con vos,
animalito de Dios, digno ejemplo de ternura,
ya que al llegar la postura dicen que incuban los dos.
Tordos, víboras, jilgueros, comadrejas y gorriones,
son los posibles ladrones de la casa del Hornero.
Que habrá de jugarse el cuero con el pico y su cantar
pa' que no puedan dentrar a la alcoba ni a la sala,
donde la hornera se instala pa' los pichones sacar.
Se turnarán, sí señor, para traerles comida,
y al volver uno en seguida canta y le avisa a su amor.
En dúo con gran valor cuando salga de la sala,
como aplaudiendo las alas, cara al cielo y pico junto,
cantarán de contrapunto sacando pecho con gala.
En el campo me han contau que el nido al rayo lo ataja,
que el domingo no trabaja ni tampoco los feriau.
Pero del indio olvidau si entramos a estudiar su ciencia,
encontramos una creencia aunque rara muy hermosa,
pa' que aprendan a hacer chozas, se lo envió la providencia.
Si canta en un temporal es porque está por parar,
y el que lo llegue a atacar, seguro que le va mal.
Dicen que es medicinal solo nido abandonau,
un trozo de horno mojau pa' la afección en la piel,
se pasa un trocito de él y al tiempo estará sanau.
Es el ave nacional, es símbolo de trabajo,
y es dicha lo que nos trajo ese pequeño animal.
Es augurio sin igual ver su nido donde quiera,
o su estampa tan campera, sencillo aunque bien plantau,
arquitecto consumau y un albañil de primera.
A dónde se habrá marchau con ese humilde aleteo,
que ya casi no lo veo sobre su nido, sobre su nido parau.
Es un pájaro sagrau y mansito por demás,
si vuelvo el tiempo pa' atrás cuando la gomera usaba,
cualquier bicho cascoteaba pero un Hornero jamás.
Hornerito qué te han hecho, decime por dónde andás,
cabeza echada pa' atrás, bien firme sacando pecho.
Hoy que estás en el repecho yo te quisiera encontrar,
pa' ansí poderte invitar ande vivo lo más pancho,
pa' que compartas mi rancho que quién te va a molestar.
Translate to:
Unos lo llaman Casero, Alonsito o Albañil,
Juan del Barro allá en Brasil, en mi pago... en mi pago es el Hornero.
Con paso vivo y ligero, de rápidos movimientos,
suele caminar atento bichando sin alzar vuelo,
la vista fija en el suelo en busca de su alimento.
De color pardo terroso los ojos, patas y plumas,
pechera blanca se suma pa' dar un pájaro hermoso.
Ni su canto melodioso, ni un plumaje colorido,
ni un vuelo muy sostenido le da el renombre que tiene,
porque su fama mantiene por cómo construye el nido.
La cabeza redondeada, el pico largo y delgau,
ligeramente curvau y un no sé qué en la mirada.
La cola larga y cuadrada, media rojiza además,
y dos patas que quizás le sirven pa' andar galante,
con tres dedos pa' adelante y uno más corto pa' atrás.
Arma el nido en cualquier lau, árbol, corniza o tranquera,
un molina, una cumbrera o el poste de un alambrau.
Después que el barro ha encontrau con hoja o crines lo amasa
y con el pico se pasa meta acarrear con esmero
y en pocos días el Hornero ya tiene lista su casa.
Siempre Hornerito has construído a cada cría un rancho nuevo,
y como flores los huevos que en primavera han venido.
Con tu pareja que ha sido fiel de por vida con vos,
animalito de Dios, digno ejemplo de ternura,
ya que al llegar la postura dicen que incuban los dos.
Tordos, víboras, jilgueros, comadrejas y gorriones,
son los posibles ladrones de la casa del Hornero.
Que habrá de jugarse el cuero con el pico y su cantar
pa' que no puedan dentrar a la alcoba ni a la sala,
donde la hornera se instala pa' los pichones sacar.
Se turnarán, sí señor, para traerles comida,
y al volver uno en seguida canta y le avisa a su amor.
En dúo con gran valor cuando salga de la sala,
como aplaudiendo las alas, cara al cielo y pico junto,
cantarán de contrapunto sacando pecho con gala.
En el campo me han contau que el nido al rayo lo ataja,
que el domingo no trabaja ni tampoco los feriau.
Pero del indio olvidau si entramos a estudiar su ciencia,
encontramos una creencia aunque rara muy hermosa,
pa' que aprendan a hacer chozas, se lo envió la providencia.
Si canta en un temporal es porque está por parar,
y el que lo llegue a atacar, seguro que le va mal.
Dicen que es medicinal solo nido abandonau,
un trozo de horno mojau pa' la afección en la piel,
se pasa un trocito de él y al tiempo estará sanau.
Es el ave nacional, es símbolo de trabajo,
y es dicha lo que nos trajo ese pequeño animal.
Es augurio sin igual ver su nido donde quiera,
o su estampa tan campera, sencillo aunque bien plantau,
arquitecto consumau y un albañil de primera.
A dónde se habrá marchau con ese humilde aleteo,
que ya casi no lo veo sobre su nido, sobre su nido parau.
Es un pájaro sagrau y mansito por demás,
si vuelvo el tiempo pa' atrás cuando la gomera usaba,
cualquier bicho cascoteaba pero un Hornero jamás.
Hornerito qué te han hecho, decime por dónde andás,
cabeza echada pa' atrás, bien firme sacando pecho.
Hoy que estás en el repecho yo te quisiera encontrar,
pa' ansí poderte invitar ande vivo lo más pancho,
pa' que compartas mi rancho que quién te va a molestar.