From:
Que linda que estás, sos un caramelo,
te veo en el recreo y me vuelvo loco,
todas las cosas que me gustan, tienen tu cara
y espero los asaltos, así juego a la botellita con vos,
mi bomboncito.
Hasta aquí se plantea un amor normal de juventud
Que excitante que estás, tendrías que saberlo,
esa cola es la manzana mas buscada,
y esos senos el alimento de mi creación,
quisiera arrancarte un día y morirme en un telo con vos,
o quizás en un auto.
El muchacho quedo marcado por la niña,
parece que no lo ha superado.
Han pasado cinco años, asumiste las cosas,
hace tiempo que estoy buscando mi verdadero yo,
hay una especie de simbiosis, lo dijo mi psicóloga
haría bien a la terapia alejarme un tiempo,
unos setenta años.
El recuerdo del amor de vuelve traumático
hasta el punto de requerir ayuda psicológica.
Como estás querida, tengo esposa e hijos,
de ves en cuando hablo con ella y hasta hago el amor,
no es que quiera molestarte, pero me es imprescindible
sentarme en un café, y soñar un poco,
y tal vez amarnos.
El traumatismo se transforma en enfermedad
hasta el punto que el recuerdo del amor
perjudica su relación con su actual familia.
Y ha pasado mi hora, quién robó mis años,
cambio a toda esta familia por un segundo con vos,
si te veo ahora, aunque termine en un hospicio,
tomo una botella y juego a la botellita con vos.
La letra parece hacer una evocación a un tierno
amor de adolescencia pero termina en un planteo
pesimista y nihilista.
Translate to:
Que linda que estás, sos un caramelo,
te veo en el recreo y me vuelvo loco,
todas las cosas que me gustan, tienen tu cara
y espero los asaltos, así juego a la botellita con vos,
mi bomboncito.
Hasta aquí se plantea un amor normal de juventud
Que excitante que estás, tendrías que saberlo,
esa cola es la manzana mas buscada,
y esos senos el alimento de mi creación,
quisiera arrancarte un día y morirme en un telo con vos,
o quizás en un auto.
El muchacho quedo marcado por la niña,
parece que no lo ha superado.
Han pasado cinco años, asumiste las cosas,
hace tiempo que estoy buscando mi verdadero yo,
hay una especie de simbiosis, lo dijo mi psicóloga
haría bien a la terapia alejarme un tiempo,
unos setenta años.
El recuerdo del amor de vuelve traumático
hasta el punto de requerir ayuda psicológica.
Como estás querida, tengo esposa e hijos,
de ves en cuando hablo con ella y hasta hago el amor,
no es que quiera molestarte, pero me es imprescindible
sentarme en un café, y soñar un poco,
y tal vez amarnos.
El traumatismo se transforma en enfermedad
hasta el punto que el recuerdo del amor
perjudica su relación con su actual familia.
Y ha pasado mi hora, quién robó mis años,
cambio a toda esta familia por un segundo con vos,
si te veo ahora, aunque termine en un hospicio,
tomo una botella y juego a la botellita con vos.
La letra parece hacer una evocación a un tierno
amor de adolescencia pero termina en un planteo
pesimista y nihilista.