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Una calle al cielo va, hasta el filo de la eternidad, algunas noches nítidas, puede verse con total claridad. Calle de los marginados, de desamparados sin hogar, solo pobre gente, gente sin identidad.
Con los ojos bien abiertos, para ver lo que soñaron soñar, a costa de caminar, siempre buscando un poco de habilidad. Una calle al cielo que hace huir y vuelve para atrás.
No parecen ser ángeles, ni tienen alma de santos, son tan sólo unos hombres que, no encontraron su destino como tantos y tantos. No parecen ser ángeles, no lo digamos más, cuántas voces hablando, comentando, para no decir nunca nada, casi nada.
Una calle al cielo va, si la buscas bien la encontrarás, sus piedras son cada uno de los mil fracasos que la hicieron crear, una calle al cielo, a un instante de la eternidad.
No parecen ser ángeles, ni tienen alma de santos, son tan sólo unos hombres que, no encontraron su destino como tantos y tantos. Corazones incrédulos, cansados de escuchar tan solo mentiras y mentiras.
Una calle al cielo, sí; pero al paraíso no llegará, una calle al cielo que hace huir y vuelve para atrás.
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Una calle al cielo va, hasta el filo de la eternidad, algunas noches nítidas, puede verse con total claridad. Calle de los marginados, de desamparados sin hogar, solo pobre gente, gente sin identidad.
Con los ojos bien abiertos, para ver lo que soñaron soñar, a costa de caminar, siempre buscando un poco de habilidad. Una calle al cielo que hace huir y vuelve para atrás.
No parecen ser ángeles, ni tienen alma de santos, son tan sólo unos hombres que, no encontraron su destino como tantos y tantos. No parecen ser ángeles, no lo digamos más, cuántas voces hablando, comentando, para no decir nunca nada, casi nada.
Una calle al cielo va, si la buscas bien la encontrarás, sus piedras son cada uno de los mil fracasos que la hicieron crear, una calle al cielo, a un instante de la eternidad.
No parecen ser ángeles, ni tienen alma de santos, son tan sólo unos hombres que, no encontraron su destino como tantos y tantos. Corazones incrédulos, cansados de escuchar tan solo mentiras y mentiras.
Una calle al cielo, sí; pero al paraíso no llegará, una calle al cielo que hace huir y vuelve para atrás.