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YO LE CANTO.
Letra y Música: Tito Fernández.
Canto.
/Yo le canto canciones, de amor,
porque soy cantor
y no sé amar de otra manera.
Y le cuento cuentos, de dormir,
p'a que se duerma/ bis.
Ella dice quererme, en soledad,
desde un espejo,
y yo muero, aferrado a su verdad,
soñando lejos.
ella dice quererme, en soledad,
de muy cerquita,
y yo muero, aferrado a su verdad,
casi a mi vida.
Yo le canto canciones, de amor,
porque soy cantor
y no sé amar de otra manera.
Y le cuento cuentos, de dormir,
p'a que se duerma.
Recitado.
Yo, como cantor,
tengo derecho al canto nuestro
de cada día.
Aquel que alimenta el espíritu
y hace a los hombres libres.
También tengo derecho a la mujer,
al pan, al vino, al hijo,
a la razón de ser y a la esperanza.
Yo, como cantor,
tengo derecho a la migaja de amor
de mi enemigo.
Y al generoso dar en la ternura
sencilla, y simple,
de mi hermano.
También, también tengo derecho
a apelar a la ley
que hace a los hombres iguales
y que les da, entonces,
los mismos derechos,
valga la redundancia,
ante los otros hombres.
Yo, como cantor,
soy parte del mundo y de la vida.
Y si no canto, me pregunto:
¿Qué hará la mujer,
sin una dulce palabra en el oído?
¿Quién le hablará de amor y le dirá
que la rosa nació para su pelo?
Yo, como cantor, entonces,
amo al mundo de los hombres.
Porque es mi mundo.
Aquí nací.
Aquí vivo, crezco y yo, lo quiero.
Canto.
Yo le canto canciones, de amor,
porque soy cantor
y no sé amar de otra manera.
Y le cuento cuentos, de dormir,
p'a que me quiera.
(volver)
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YO LE CANTO.
Letra y Música: Tito Fernández.
Canto.
/Yo le canto canciones, de amor,
porque soy cantor
y no sé amar de otra manera.
Y le cuento cuentos, de dormir,
p'a que se duerma/ bis.
Ella dice quererme, en soledad,
desde un espejo,
y yo muero, aferrado a su verdad,
soñando lejos.
ella dice quererme, en soledad,
de muy cerquita,
y yo muero, aferrado a su verdad,
casi a mi vida.
Yo le canto canciones, de amor,
porque soy cantor
y no sé amar de otra manera.
Y le cuento cuentos, de dormir,
p'a que se duerma.
Recitado.
Yo, como cantor,
tengo derecho al canto nuestro
de cada día.
Aquel que alimenta el espíritu
y hace a los hombres libres.
También tengo derecho a la mujer,
al pan, al vino, al hijo,
a la razón de ser y a la esperanza.
Yo, como cantor,
tengo derecho a la migaja de amor
de mi enemigo.
Y al generoso dar en la ternura
sencilla, y simple,
de mi hermano.
También, también tengo derecho
a apelar a la ley
que hace a los hombres iguales
y que les da, entonces,
los mismos derechos,
valga la redundancia,
ante los otros hombres.
Yo, como cantor,
soy parte del mundo y de la vida.
Y si no canto, me pregunto:
¿Qué hará la mujer,
sin una dulce palabra en el oído?
¿Quién le hablará de amor y le dirá
que la rosa nació para su pelo?
Yo, como cantor, entonces,
amo al mundo de los hombres.
Porque es mi mundo.
Aquí nací.
Aquí vivo, crezco y yo, lo quiero.
Canto.
Yo le canto canciones, de amor,
porque soy cantor
y no sé amar de otra manera.
Y le cuento cuentos, de dormir,
p'a que me quiera.
(volver)