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AUTOR: Ariel Petrocelli-hugo díaz
Dijo mi madre que cuando
me lleve la vida a la ruta del pan,
SOLm
y ella falte a cuidarme,
y no esté su consejo
ni esa luz que la sangre sabe dar.
Habrá un ser que a mi espalda
con mi forma y con alas
y que ángel se llama y es mi bien.
Dijo también que aquel ángel
invisible a todos y también a mí,
el que en aires de sombra
por un viento en el alma
me daría en su savia la verdad.
Así fue que seguro
eché rumbo a la vida
con la fuerza del ángel en mi andar.
ESTRIBILLO
Después, con el tiempo me fui
por soles que van a la ansiedad.
Pero el ángel no estaba
lo perdí por la infancia
de la escuela a la casa, tiempo ayer.
Soledad del intento
de gritar con los sueños
la verdad que en el hombre no se dio.
II
Cuando la luna en su viaje
me rompe las noches en un ángel de alcohol,
me desangro en las mesas
y la luz de un amigo
es el ángel que guarda mi dolor.
Y la calle me junta
con un ángel distinto
con un hombre cualquiera, como yo.
Duele saber que la cosa
que quise de niño era piel de ilusiÓn
y que el ángel camina
con los pies del cansancio
que nos trepa a la vida por luchar.
Y se muere el relato de la madre que un día
nos dio un ángel de guía con su amor.
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AUTOR: Ariel Petrocelli-hugo díaz
Dijo mi madre que cuando
me lleve la vida a la ruta del pan,
SOLm
y ella falte a cuidarme,
y no esté su consejo
ni esa luz que la sangre sabe dar.
Habrá un ser que a mi espalda
con mi forma y con alas
y que ángel se llama y es mi bien.
Dijo también que aquel ángel
invisible a todos y también a mí,
el que en aires de sombra
por un viento en el alma
me daría en su savia la verdad.
Así fue que seguro
eché rumbo a la vida
con la fuerza del ángel en mi andar.
ESTRIBILLO
Después, con el tiempo me fui
por soles que van a la ansiedad.
Pero el ángel no estaba
lo perdí por la infancia
de la escuela a la casa, tiempo ayer.
Soledad del intento
de gritar con los sueños
la verdad que en el hombre no se dio.
II
Cuando la luna en su viaje
me rompe las noches en un ángel de alcohol,
me desangro en las mesas
y la luz de un amigo
es el ángel que guarda mi dolor.
Y la calle me junta
con un ángel distinto
con un hombre cualquiera, como yo.
Duele saber que la cosa
que quise de niño era piel de ilusiÓn
y que el ángel camina
con los pies del cansancio
que nos trepa a la vida por luchar.
Y se muere el relato de la madre que un día
nos dio un ángel de guía con su amor.